Hoy queremos mostrar por qué es fundamental contar con un profesional para llevar a cabo nuevos proyectos. Incluso si nuestra obra no requiere de la supervisión de un arquitecto, contar con un buen profesional siempre va a abrirnos un abanico de posibilidades que no podríamos contemplar sin su ayuda.

Un ejemplo que nos gusta es lo que nos ocurrió con esta cocina. Los clientes tenían muchas ideas sobre su reforma y, aunque las ideas del cliente suelen ir bien encaminadas en el fondo, no lo hacen tanto en la forma. La mejor manera de no perder el potencial de estas ideas es contar con la ayuda de un profesional.

En este caso, partíamos de una cocina con una galería y una despensa anexas. Funcionalmente, el conjunto cocina-galería-despensa era correcto. Pero la calidad y versatilidad de este conjunto de espacios había perdido potencial con el tiempo. La cocina era fría y oscura. La despensa estaba desaprovechada -se había convertido en el hueco donde empotrar la nevera-. Y la galería era el único lugar verdaderamente luminoso del conjunto, aunque relegado a almacenar ropa sucia y productos de limpieza.

Los clientes llegaron con el deseo de ganar amplitud e iluminación, aunque no tenían claro cómo materializarlo. Nos trajeron sus primeros croquis en los que había muchas ideas pero cierto atropello a la hora de plasmarlo todo en una planta. La sobrecarga de conceptos habría convertido su nueva cocina en el perfecto Frankenstein.

Antes de proponer soluciones concretas siempre es necesario comprender las necesidades que motivan a embarcarse en un proyecto. Ello requiere conversar, preguntar y recoger ideas. Lo primero que vimos en las ideas de nuestros clientes fue una cierta continuidad funcional respecto a lo que ya había, pero también la voluntad de transformar esta cocina en algo más que un espacio donde preparar comida o limpiar la ropa. Tenía que ser un espacio para la vida.

Finalmente, de nuestras conversaciones recogimos las siguientes necesidades:

• Poder utilizar la cocina para comer en ella.
• Aprovechar al máximo la luz y el calor del sol que entraba por la ventana de la galería.
• Optimizar los espacios de almacenamiento.
• Conservar la función de galería (almacenaje de productos de limpieza, ciclo de la ropa).

Con ello, la respuesta que se dio al proyecto fue la siguiente:

• Unir los tres espacios en uno solo, permitiendo la ubicación de una mesa auxiliar para comer.
• Ubicar los espacios vivideros cerca de la ventana, y los espacios de almacenaje en las zonas más oscuras.
• Dotar a la cocina de una pila auxiliar, que completara las tareas del ciclo de la ropa.
• Cuidar la elección de materiales y su ubicación, para potenciar la solución al máximo.

Como una de las premisas era la luz y la amplitud, se tomó una decisión esencial y de carácter espacial consistente en despejar visualmente la parte superior de la cocina. Por ello se establece una línea, aproximadamente a la altura de la vista, que actúa como línea de horizonte y sobre la cual se elimina la mayor cantidad de obstáculos visuales posibles. Los pocos elementos ubicados sobre este horizonte son mayoritariamente blancos. Por debajo de esta línea la cocina se ancla en las reminiscencias y se la dota de una materialidad cálida y arraigada mediante el uso de la madera, el mármol y la cerámica.

La bancada conserva la misma materialidad que la cocina original, es decir, el mármol Blanco Macael, que puede ser pulido tantas veces como se desee y recuperar su aspecto original. Las puertas del mobiliario inferior son laminadas con efecto madera. Para proteger la pared de las salpicaduras, se dispone de un azulejo de pequeño formato y color azulado, que recuerda a las tejas de la cúpula de la iglesia del pueblo, que se puede observar desde la ventana de la cocina.

La iluminación artificial también se ha considerado un factor clave en el diseño de esta cocina. Muchos proyectos poco pensados terminan por instalar downlights y luces frías en las cocinas. No obstante, para que una cocina adopte el carácter protagonista que se pretendía con esta intervención, la iluminación debía ser pensada desde la flexibilidad y la calidez. Por ello se instaló un carril trifásico en el que poder ubicar y redistribuir hasta tres conjuntos de luminarias diferentes en función de las necesidades del día a día.

El resultado, ampliamente satisfactorio, nos deja también algunos usos menos previstos pero gratos igualmente. Por ejemplo, el rincón de la pila auxiliar ahora es también el rincón de las plantas. Una reja enrollable sobre la pila permite guardar utensilios de limpieza dentro de esta y al mismo tiempo ubicar algunas plantas que acaban de ser regadas. Al recuperar parte del espíritu material de la cocina preexistente, los antiguos utensilios encajan a la perfección en esta reforma moderna que surge de la continuidad.

Este es un sencillo ejemplo de cómo podemos ayudarte, colaborando contigo en el proceso de crear algo nuevo desde el principio. Esto se puede hacer con una reforma como esta, con una vivienda unifamiliar o llevando a cabo proyectos de mayor envergadura. Como arquitectos, trabajamos para encontrar la mejor manera de llevar a cabo tus proyectos, potenciar tus ideas y obtener resultados óptimos.