En esta actuación junto a la emblemática torre del Micalet, en Valencia, se sustituyó prácticamente la totalidad de la manzana intervenida manteniendo la volumetría y composición de las fachadas de los edificios preexistentes y remodelando completamente el interior.
La fachada recayente a la plaza de la Reina se conservó en estructura y materialidad mientras que las fachadas de otros edificios anexos incluidos en la promoción se reconstruyeron. El resultado es un edificio de mayor envergadura que conserva la fragmentación compositiva de su envolvente, de manera respetuosa con el entorno.